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La apertura de la UNACH en 1975 y el desarrollo de Chiapas
Tal pareciera que para las generaciones recientes es recurrente asumir la presencia de las instituciones como simples elementos utilitarios, aparatos intemporales, casi objetos que han estado ahí cumpliendo una función, hemos perdido de vista en el camino su trascendencia a pesar de que esta sea de vital importancia, tal es el caso de las instituciones de educación superior que al mismo tiempo, además de ser agentes transformadores también son generadores directos de desarrollo.
Un ejemplo claro es como a casi 41 años de su fundación, la historia de la Universidad Autónoma de Chiapas todavía nos brinda lecciones que en su reconocimiento pueden aportarnos pistas del presente y futuro, no únicamente de la institución como un organismo autónomo si no de Chiapas en su conjunto.
No podemos olvidar que la fundación de la UNACH no surgió de la generación espontánea sino fue el resultado de una expresión popular; nuestra Máxima Casa de Estudios en su génesis nos brinda la circunstancia de conocer condiciones y oportunidades de educación a los que tenía acceso la sociedad chiapaneca en la primera mitad del siglo XX y cómo su fundación fue un verdadero parteaguas para el desarrollo de un Chiapas tal y como ahora lo conocemos.
En la búsqueda del génesis universitario es fácil perderse en la nebulosa del tiempo sobre todo cuando los referentes más lejanos de la educación superior en Chiapas nos hacen topar con antecedentes que se remontan al siglo XVII con el Colegio de Jesuitas y el Seminario Tridentino, en San Cristóbal de las Casas.
La verdad es que no es hasta 1951 con el Ateneo Chiapas, integrado por intelectuales de la talla de Rosario Castellanos, Jaime Sabines y Enoch Cancino, entre otros, cuando se toma conciencia de la inmensa necesidad de contar con una institución de educación superior.
Es hasta este momentos en que, podíamos asegurar, la UNACH tal y como luego fue concebida para su fundación en 1974, nace como idea, no obstante tendría que pasar mucho tiempo para que de la idea surgiera la acción, esta última motivada por la inmensa necesidad de contar con espacios propios de desarrollo en educación superior.
Tomando en cuenta que las generaciones previas a la universidad en Chiapas tenían que emigrar a la capital del país o a estados vecinos que contaran con instituciones de educación superior para cursar una licenciatura, las oportunidades para la juventud se limitaban a las clases pudientes; esta y otras condiciones motivaron a los jóvenes buscar, primero organizarse y luego exigir como demanda social la fundación de una institución propia.
Para entonces las oportunidades de profesionalización en Chiapas llegaban a capacitación técnica, en escuelas como la de Técnicos en Contabilidad y Administración fundada en 1945 y antecedente directo de la Escuela Superior de Comercio y Administración, entre otras que no estaban a la altura de las verdaderas demandas populares, los jóvenes exigían carreras que les permitieran acceder a conocimientos que no constituyeran únicamente saberes técnicos, por lo que exigían desarrollarse y con ello revolucionar su entorno social.
En este contexto en 1956, un grupo de estudiantes aglutinados en el Frente Estatal de Unificación Juvenil integrado por egresados y cursantes de escuelas preparatorias y secundarias de Tuxtla Gutiérrez, abordaron al entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines -de visita por la entidad-, a quien le hicieron conocer su única demanda: La creación de una universidad pública para Chiapas.
El ímpetu de estos jóvenes no se detuvo con la petición a Ruiz Cortines, quien prometió analizar la petición y terminó por no responder durante el resto de su administración, si no continúo hasta lograr en 1965 que el gobernador José Castillo Tielemans decretara la creación del Patronato Pro-Universidad de Chiapas.
De esta forma, 11 años antes de la fundación de la UNACH iniciaron los trabajos de un Patronato presidido por personalidades como Andrés Serra Rojas, Daniel Robles Sasso y Fernando Correa Suárez, quienes trabajaron con carencias, constituyendo un órgano con una solidez suficiente que le permitió trascender a la burocracia y dejó bases sólidas sobre las cuales se fundó la máxima casa de estudios de los chiapanecos.
Tal y como lo escribieran en el Artículo “Preludio universitario” publicado en la Revista UNACH en 2010, Alberto F. Garzón y Julia Clemente Corzo “La creación de la UNACH, puede verse como el resultado de la acción combinada de una serie de factores educativos, políticos y económicos. Algunos fueron determinantes, respondían a políticas nacionales y tenían respaldo institucional, mientras que otros que fueron condicionantes, tenían alcance estatal y eran resultado de esfuerzos individuales. Todo un conjunto de circunstancias de carácter administrativo, jurídico y por supuesto, razones y motivaciones de naturaleza académica”.
Para 1974, la visión científica del Doctor Manuel Velasco Suárez, que visualizó en el trabajo del Patronato Pro-Universidad la oportunidad histórica de constituir una institución acorde a la altura de Chiapas, se dan las condiciones que permiten la fundación de la universidad más grande de esta entidad. Con su fundación, la UNACH permitió el arribo de nuevas generaciones, preparadas y dispuestas para aportar al desarrollo de la sociedad.
No es gratuito que entre las primeras opciones de programas educativos, se privilegiaran las carreras agropecuarias; tampoco es gratuito que además de la integración de opciones que ya existían tales como Derecho y Contaduría, se privilegiara a la Facultad de Medicina Humana.
Se puede asegurar, sin temor a equivocarnos, que la fundación de la UNACH ha permitido un nuevo Chiapas; una institución como esta que ha sabido crecer adaptando sus necesidades a las necesidades de los chiapanecos, es digna del reconocimiento de su historia íntimamente ligada a la historia de nuestra entidad en los últimos años.
A propósito de que este 17 de Abril de 2015 se celebran 40 años de la fecha en que la UNACH abrió sus puertas oficialmente luego de ser fundada por decreto meses antes en 1974, desde este espacio hacemos el reconocimiento a uno de los más grandes pilares de nuestra cultura y educación en Chiapas.
Los datos históricos referidos en este artículo han sido tomados de otras publicaciones entre las que se encuentra el libro “Crónica de la Universidad Autónoma de Chiapas” y la Revista UNACH, editada en 2010.Por: Raúl Ríos Trujillo